viernes, 21 de junio de 2013

Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD)

El paciente polimedicado es en la actualidad un reto en nuestra sociedad ya que el aumento de la esperanza de vida, el incremento de patologías crónicas y la determinación de objetivos terapéuticos cada vez más estrictos, hacen necesaria una labor de mejora del conocimiento de los medicamentos y el cumplimiento de los tratamientos, en los usuarios de medicamentos.

Los farmacéuticos, como parte integrante del Sistema Nacional de Salud, colaborando con los distintos agentes sanitarios que lo forman, compartimos como objetivo fundamental la consecución de prevención de la enfermedad, promoción de la salud y la calidad de vida de los pacientes, todo ello, desde el uso racional de medicamentos y productos sanitarios, tal y como se recoge en el actual marco legal la Ley 29/2006, de 26 de julio, de Garantía y uso racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios.

En este contexto, es necesario aprovechar el potencial que proporcionamos los farmacéuticos para la mejora de la asistencia sanitaria, siempre exigiendo un esfuerzo de coordinación de actuaciones entre los distintos agentes implicados. El objetivo común será la obtención de resultados terapéuticos adecuados y evitar, en gran medida, la aparición de problemas relacionados con los medicamentos (PRM) y de resultados negativos asociados a los medicamentos (RNM) mediante la práctica de los procedimientos consensuados para cada Servicio de la Atención Farmacéutica. 
 

SPD: Siglas de Sistema Personalizado de Dosificación. Son unos dispositivos tipo blister con una serie de alvéolos donde se distribuye la medicación de forma farmacéutica sólida, que toma el paciente para un tiempo determinado, siguiendo la pauta terapéutica prescrita.

Los sistemas personalizados de dosificación (SPD) van a reducir los errores en la toma de medicamentos por parte de los pacientes, evitan los problemas de manipulación y conservación, posibilita unificar el control, almacenamiento y administración de la medicación en un solo elemento, además reduce el stock almacenado en el domicilio y evita problemas de confusión y/o intoxicación involuntaria. 

El sistema personalizado de dosificación es aplicable a los medicamentos que tengan la consideración de especialidad farmacéutica autorizada y que por sus características fisicoquímicas y galénicas puedan permanecer estables el tiempo previsto para su utilización fuera de su envase original. Por tanto, no está autorizado el acondicionamiento de medicamentos higroscópicos, comprimidos efervescentes, comprimidos dispersables ni de comprimidos sublinguales. 
El sistema personalizado de dosificación (SPD) no se ofrece a todo tipo de pacientes. Se oferta a todas aquellas personas a las que el farmacéutico o el médico consideren que pueden beneficiarse de esta prestación asistencial, aunque siempre teniendo en cuenta la autorización del paciente. Los criterios de inclusión son los siguientes: 
-Pacientes polimedicados, de edad avanzada y olvidadizos.
-Pacientes discapacitados.
-Pacientes con problemas para la organización y toma de los medicamentos.
-Pacientes incluidos en programas específicos concertados con las administraciones sanitarias.
-Otros pacientes. 

Básicamente el proceso de trabajo es el siguiente: 
1.-Información al paciente sobre el programa de dosificación personalizada.
2.-Autorización del paciente.
3.-Entrevista inicial.
4.-Revisión del tratamiento.
5.-Notificación al médico responsable.
6.-Continuación del tratamiento.
7.-Preparación de la medicación. 

La duración del tratamiento, no superará los 15 días, y no se prepararán más de dos blister para el mismo paciente. Inmediatamente después del cierre, se etiqueta el blister por la parte posterior, para evitar posibles confusiones.
Al paciente junto con la medicación se le entregará una copia con el tratamiento completo (Hoja de registro para el paciente), en la que constará: 
-Nombre y dirección del paciente.
-Nombre del medicamento, dosis y posología, tanto si están incluidos en el blister como si no  los están.
-Fecha de prescripción

-Nombre del médico prescriptor.
-Observaciones, cuando sean necesarias.
-Instrucciones sobre la correcta conservación y manipulación del blister. 
Esta hoja de registro para el paciente se entrega al paciente la primera vez que se prepara el blister o también cuando se modifica el tratamiento o a petición del paciente, para que conozca perfectamente su tratamiento y pueda informar sobre él sin errores a quien se lo solicite (médico, farmacéutico, en ingresos de urgencia, etc.), puesto que la receta médica queda en poder de la oficina de farmacia. Una vez hemos terminado de preparar la medicación y hechos los controles pertinentes, se entrega el sistema personalizado de dosificación al paciente. Al mismo tiempo, el paciente entregará el blister anterior utilizado.

Cuando se entrega un dispositivo por primera vez, se enseña al paciente o persona responsable de la medicación un dispositivo de muestra con placebos, para que extraiga, delante de nosotros, la medicación de uno de los alvéolos y así poder observar si lo utiliza bien. 
Así mismo recordamos al paciente que debe guardar el blister en un lugar fresco, seco, protegido de la luz y fuera del alcance de los niños, evitando las estancias con cambios bruscos de temperatura y humedad (baño, cocina).


 
(Grupo de trabajo del COF de Barcelona. Sistema Personalizado de Dosificación/Grupo de trabajo del COF de Cáceres. Sistema Personalizado de Dosificación)

viernes, 7 de junio de 2013

Tipos de conjuntivitis

La conjuntivitis es el término utilizado para describir la inflamación de la conjuntiva, una membrana delgada y transparente que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo (conocida como la esclerótica).
La conjuntiva, que contiene pequeños vasos sanguíneos, produce moco para impedir que la superficie del ojo húmeda y protegida. Cuando la conjuntiva se irrita o se inflama, los vasos sanguíneos se hacen más grandes y más prominentes, por lo que tus ojos se ponen rojos. Por lo general, afecta a ambos ojos al mismo tiempo, aunque puede comenzar en un ojo y luego extenderse al otro después de un día o dos. Puede ser asimétrica, afectando un ojo más que el otro.

Los síntomas y causas pueden variar en función del tipo de conjuntivitis:

Conjuntivitis bacteriana


Esta es una condición que afecta a ambos ojos. Los ojos generalmente se sienten arenosos e irritados con una secreción viscosa. Los párpados pueden ser pegados sobre todo en las mañanas, y puede haber secreción o formación de costras en las pestañas.

Las infecciones bacterianas, tales como Staphylococcus o Streptococcus, causan un efecto de ojos rojos que tiene una gran cantidad de pus. Algunas infecciones bacterianas, sin embargo, pueden ser infecciones en curso que producen poca o ninguna descarga a excepción de algunas costras en las pestañas por la mañana.

Se utilizan normalmente para tratar la conjuntivitis bacteriana colirios o pomadas con antibiótico, eso sí prescritas antes por un médico.

Conjuntivitis viral


Los ojos son de color rojo y puede haber una secreción acuosa. A menudo, los párpados están muy hinchados e incluso la conjuntiva en la parte blanca del ojo también puede estar hinchado, creando un aspecto vidrioso.

Este tipo de conjuntivitis también se puede propagar a la córnea (queratitis), y puede persistir durante varias semanas causando una visión borrosa.

La infección viral es la causa más común de conjuntivitis. Este mismo virus hace que los ojos estén rojos y llorosos, dolor de garganta y secreción nasal en el resfriado común. 
Los síntomas de la conjuntivitis pueden durar de una a dos semanas y luego desaparecen por sí solos.

El malestar, sin embargo, se puede minimizar con compresas frías aplicadas a los ojos y con el uso de lágrimas artificiales.


Los niños suelen ser los más susceptibles a padecerlo , ya que están en contacto cercano con otros tantos niñoss de la escuela o guardería. La conjuntivitis, sea bacteriana o viral, puede ser muy contagiosa, si es infecciosa. Algunas de las maneras más comunes para contagiarse:


-La reutilización de pañuelos y toallas cuando te limpias la cara y los ojos.

-No lavarse las manos con frecuencia.

-Tocarse los ojos.

-Uso de cosméticos compartidos con otras personas

-La limpieza de las lentes de contacto no es apropiada.

Los niños suelen ser los más susceptibles a padecerlo , ya que están en contacto cercano con más tantos niños en la escuela y guardería.

Conjuntivitis alérgica


La conjuntivitis alérgica se asocia generalmente con un intenso prurito en los ojos. No hay una secreción viscosa y los ojos se ponen de forma intermitente rojos. 
Esto puede ocurrir en determinadas épocas del año, por ejemplo, durante la primavera y el verano, cuando hay una gran cantidad de polen en el aire.

La conjuntivitis alérgica no es infecciosa ni contagiosa. Se produce cuando el cuerpo está expuesto a algo que causa una reacción alérgica, como el polen o caspa de las mascotas, y es a menudo estacional. Los síntomas incluyen enrojecimiento, picazón, ardor, lagrimeo y los párpados hinchados.

El tratamiento suele incluir la aplicación de compresas frías en los ojos y utilizar los colirios antihistamínicos.  


(Haut und Allergie)

Los irritantes ambientales como el humo o gases, también pueden causar conjuntivitis. Los síntomas son generalmente similares a los de la conjuntivitis alérgica.


Síntomas comunes de la conjuntivitis:

  • Visión borrosa.
  • Formación de costras en los párpados.
  • Secreción del ojo.
  • Picazón en los ojos.
  • Aumento de la sensibilidad a la luz.
  • Aumento de la producción lagrimal.
  • Ojos rojos, dolor.
Aunque la mayoría de los casos de conjuntivitis son leves y desaparecen sin tratamiento, algunas formas de conjuntivitis son más graves. Los casos graves deben ser examinados por un médico y pueden requerir de un tratamiento específico y seguimiento. Debes ir al médico si tienes algunos de los siguientes síntomas:


1.       Dolor en el ojo entre moderado y fuerte.

2.       Visión borrosa o aumento de la sensibilidad a la luz.

3.       Ojos demasiado rojos.

4.       Un sistema inmunitario debilitado, por ejemplo, a causa del VIH o tratamiento contra el cáncer.

5.       Conjuntivitis bacteriana que no mejora después de 24 horas de comenzar a usar antibióticos.

6.       Síntomas que empeoran o no mejoran.