Nuestra intervención está orientada a la instrucción al paciente en los hábitos alimenticios correctos y las medidas dietéticas adecuadas, que pueden ser suficientes, o bien acompañados de la dispensación de medicamentos que no necesitan prescripción médica: antiácidos, antisecretores, antiflatulentos y determinados agentes fitoterápicos.
La dispepsia se define por la presencia de síntomas frecuentemente relacionados con la ingesta de alimentos, que habitualmente se presentan de forma intermitente. Su aparición puede ser recurrente o crónica, si dichos síntomas se prolongan más de 3 meses.
Incluye varios de los siguientes síntomas: dolor abdominal de predominio epigástrico, pirosis (ardor), flatulencia, eructos, sensación de plenitud o de saciedad precoz, nauseas y vómitos.
El origen de la dispepsia puede ser:
-Orgánica: úlcera péptica, infección por Helicobacter Pylori, la enfermedad de reflujo gastroesofágico, la gastritis, el cáncer esofágico o gástrico, la pancreatitis o la colelitiasis.
-Funcional: relacionada con transtornos de la función del tracto digestivo superior o debida a una percepción anómala del paciente.
En primer lugar recomendaremos una serie de medidas higiénico-dietéticas:
-Alimentación racional y preparada de un modo sencillo, evitando fritos, salsas y excitantes (café y té), bebidas alcoholicas, especias y embutidos.
-En caso de flatulencia, restringir la ingesta de leche y derivados, judías, apio, zanahoria, coliflor, ciruelas, alubias, garbanzos,...
-Comer lentamente y masticando correctamente.
-Evitar el estreñimiento.
-Evitar acostarse en las horas siguientes a la comida, pues en esta posición los alimentos aumentan la presión sobre el esfinter esofágico inferior.
-Ingerir mucha agua, sobre todo con la toma de medicamentos, pero reducir el consumo de bebidas durante las comidas.
-Conceder una mayor importancia al desayuno.
-Evitar factores de estrés y realizar una actividad física óptima.
Además podemos administrar medicamentos, que aunque no curan estos trastornos dispépticos, si constituirán un complemento para el alivio de los síntomas y el bienestar del paciente. Nuestro criterio de elección de fármacos se basará en los síntomas individuales de cada paciente:
- Antiácidos: neutralizan el exceso de ácido secretado por el estómago, mejorando la sensación de ardor. El antiácido aumentará el PH del estómago. Su uso está recomendado en las dispepsia funcional de tipo ulceroso. Son algunos ejemplos, el bicarbonato de sodio (Frutas ENO®), hidróxido de magnesio, almagato (Almax® y magaldrato (Bemolan®).
- Antisecretores Ácidos: antihistamícos H2 como la Famotidina o la Ranitidina y los inhibidores de la bomba protón/potasio como el Omeprazol, Pantoprazol, lansoprazol y Esomeprazol.
- Fármacos Procinéticos: como casi la mitad de los pacientes dispéptico presentan trastornos de la motilidad intestinal se usan para el meteorismo, distensión y dolor abdominal. Son algunos ejemplos, Motilium®, Primperan® y Cleboril®, también Cidine® y Blaston®.
- Reductores del gas intestinal: disminuyen la elasticidad de las burbujas de aire, favoreciendo su rotura. Simeticona (Enterosilicona®) y Dimeticona (Aero Red® e Imonogas®), también Pankreoflat®.
- Fármacos Fitoterápicos: antiulcerosos como el Rizoma de Regaliz y Manzanilla, digestivos como la Ajedrea, Poleo, Menta, Manzanilla y Salvia, o antiflatulentos como Anís Estrellado y Verde (ninguna se usa en embarazadas), Fruto de Hinojo.
En el caso de persistencia de los síntomas más de una semana, sangre en heces, pérdida de peso de más de un 10%, historia familiar de cáncer esofágico, historia previa de úlcera péptica, nauseas y/o vómitos persistentes, toma de AINEs y consumo crónico de alcohol, derivaremos el paciente al médico.
Os deseo una buena entrada en el nuevo año. Feliz Año 2013!!