miércoles, 27 de febrero de 2013

El uso correcto de los inhaladores

La administración de un principio activo por vía inhalatoria presenta una serie de ventajas, como por ejemplo, que el medicamento llega directamente al lugar de acción y en consecuencia hará falta menor cantidad de medicamento. 
Además, el tiempo de respuesta es menor, se producen menos efectos secundarios y se evita el efecto de primer paso.

Por otra parte, esta vía de administración presenta dos grandes inconvenientes, la dificultad del medicamento para llegar al lugar de acción, debido a la broncoconstricción existente, y la necesidad de aprendizaje de una técnica para utilizar correctamente estos dispositivos.


Los dispositivos empleados se dividen en dos grandes grupos: 
Los cartuchos presurizados y los dispositivos de polvo. 

-Los cartuchos presurizados: llamados popularmente inhaladores o sprays, presentan ventajas: son ligeros, pequeños, requieren un flujo inspiratorio bajo, provocan un buen aporte intrapulmonar del fármaco y son de limpieza y conservación fáciles. Pero, por otra parte, la técnica es extremadamente difícil, y se producen múltiples errores. Además, el usuario desconoce siempre la dosis restante.El mayor problema de los cartuchos presurizados reside en la técnica de administración. 
El usuario tiene que aprender a coordinar varios movimientos. Ventolin®, Atrovent®, Plusvent®, ...


El paciente debe pulsar el cartucho y, a la vez, inhalar profundamente para que el medicamento llegue   al lugar de acción. Aunque aparentemente la dificultad no sea tanta, lo cierto es que la técnica resulta compleja y la industria farmacéutica se ha visto obligada a diseñar otro tipo de dispositivos que no requieran esta coordinación.

En el mercado también está el sistema NOVOLIZER, que si bien se trata de un cartucho presurizado, el aparato permite al paciente cargar la dosis y administrarla de forma no simultánea.
FORMATRIS®, NOVOPULM®.


-Los dispositivos de polvo: Los dispositivos de polvo presentan una técnica más sencilla, son también ligeros y fáciles de transportar y el usuario conoce siempre la dosis restante.
El problema es que requieren flujos inspiratorios mayores que los cartuchos.
Y la gran ventaja que presentan estos aparatos es que no es necesaria la coordinación para una correcta administración. Cargar la dosis e inhalar ya no tienen que ser dos actos simultáneos. Por lo tanto, podría ser una persona la que cargue la dosis (padre, madre, cuidador, etc.) y luego ser inhalado el medicamento por el paciente. Los diferentes aparatos son:


Cápsulas de inhalación:
Spiriva Handihaler® 18mcg 30 càps. Las cápsulas se inhalan con dispositivos que si bien son de apariencia diferente, su manejo es muy similar. El paciente tiene que introducir la cápsula en el aparato, romperla, e inhalar el polvo. En ningún caso se deben tragar estas cápsulas, que es un error frecuente, sobre todo, si el paciente no ha sido advertido. 

Por lo tanto, el farmacéutico deberá extremar las precauciones en aquellos casos en los que las cápsulas para inhalar y el aparato se tengan que prescribir de forma independiente.

Sistema TURBUHALER®: Symbicort turbuhaler ® , Rilast turbuhaler®, Terbasmin® 500mcg/puls. Turbuhaler 200 dosis,Pulmicort® Turbuhaler® 100 dosis, ...

Sistema ACCUHALER®: Inhalduo Accuhaler ®, Brisair Accuhaler®, Flixotide®, ...

 El código de colores en los sistemas ACCUHALER® y TURBUHALER® es de gran utilidad en la farmacia, porque a veces las consultas no se hacen con el nombre del medicamento o del aparato. Se utilizan colores fríos para los dispositivos que contienen un broncodilatador y colores calientes para los corticoides. 

ACCUHALER® está en el mercado con tres colores diferentes. Si es NARANJA, lo que contiene es un glucocorticoide, si es VERDE AZULADO el medicamento es un beta2 adrenérgico, y si es MORADO, la asociación de los dos.

Si el TURBUHALER
® tiene la rosca AZUL, el medicamento es un beta2 adrenérgico, si es MARRÓN, un glucocorticoide, y si es ROJO, la asociación de los dos.


Sistema Respimat®:  Spiriva (Tiotropio bromuro) Respimat®Striverdi (olodaterol) Respimat®

  



















 
 




















Ahora veremos cómo se usa el inhalador en la siguiente foto:

Muy importante después del uso de los inhaladores es enjuagar la boca con agua para prevención del mal sabor de ésta y prevención de infecciones causados por medicamento que queda ahí.



Las cámaras espaciadoras de inhalación son aparatos que facilitan la coordinación de movimientos y provocan un aumento del depósito intrapulmonar del fármaco. Pero, por otra parte, son aparatos grandes, que presentan incompatibilidades según los fabricantes, cojen carga electrostática, y que no aportan ventajas si la técnica con el cartucho presurizado es buena. Son especialmente útiles para los niños y bebés y en ancianos con reducida capacidad pulmonar y que tienen problemas de coordinación.
Por otra parte, es importante que el usuario proceda a una limpieza periódica de la cámara, tal y como viene indicado en el prospecto.
Existen muchas cámaras comercializadas en España. No todas son universales, y hay algunas financiadas por el Sistema Nacional de Salud: Volumatic
®, Babyhaler®, Nebuhaler®, Nebuchamber®, Aeroscopic®,...


Podéis verlo aquí: http://benderapotheker.blogspot.com.es/2013/12/uso-de-las-camaras-de-inhalacion_17.html


Un aspecto fundamental que debe acompañar a cada dispensación de uno de estos dispositivos es el de asegurarse de que el paciente sepa emplearlo correctamente.
Aunque pudiera parecer un asunto de escasa importancia, una técnica de administración mal aprendida puede hacer fracasar un tratamiento o incluso ocasionar un ingreso hospitalario.
No todos los grupos presentan la misma dificultad. Incluso en ocasiones, son los aparatos más complicados los que mejor se utilizan. Esto se puede deber a la motivación de los pacientes y también a la insistencia del médico, la enfermera o el farmacéutico ante la supuesta dificultad.


Nosotros como farmacéuticos debemos estar preparados para atender consultas sobre la utilización de cualquiera de los dispositivos para inhalación. 

En las farmacias disponemos de envases placebo de dispositivos de inhalación para proporcionarle la explicación necesaria sobre la utilización de estos medicamentos al paciente.

(FUENTES Y FOTOS: -García de Bikuña B. en Pharmaceutical Care España; Centro de Información de Medicamentos de Catalunya; Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Catálogo de Medicamentos 2013.)
 

viernes, 22 de febrero de 2013

Dolor menstrual o dismenorrea

La dismenorrea se define como el síndrome doloroso abdominal y/o pélvico intenso que aparece antes de la menstruación o coincidiendo con ella. Según las estadísticas, entre un 25 y un 60 por ciento de las mujeres lo padece, y entre un 1 y un 15 por ciento de los casos tienen dolor de gran intensidad. Es muy frecuente en la adolescencia (tiende a disminuir con la edad y después del embarazo) y se ha observado que las hijas de mujeres con dismenorrea son más propensas a padecerlo igual que las fumadoras y las que consumen alcohol en grandes cantidades.


El dolor se debe a contracciones e isquemia uterinas, probablemente mediadas por el efecto de las prostaglandinas producidas en el endometrio secretor. La eliminación de tejido por el cuello uterino, un orificio cervical estrecho, la mala posición del útero, la falta de ejercicio y la ansiedad por la menstruación pueden contribuir a la aparición del problema. Puede presentarse no sólo como un dolor aislado sino como un conjunto de síntomas, como náuseas y vómitos (en un 89 por ciento de los casos), fatiga (en un 85 por ciento), diarrea (un 60 por ciento) y dolor de cabeza (en un 45 por ciento). También puede aparecer un cuadro clínico de mareo, dolor de piernas, ansiedad, irritabilidad, depresión e hinchazón.


La actuación desde la farmacia ante las consultas relacionadas con la menstruación se fundamenta en:


1.    Identificación de los síntomas mediante el diálogo con la paciente, lo que servirá para diferenciar los casos que pueden ser tratados desde la farmacia de aquéllos en los que la sospecha de síndrome premenstrual aconseja la derivación al ginecólogo para que confirme o descarte el diagnóstico.

2.    Instauración de terapia sintomática en caso de que sólo se manifiesten dolores abdominales que irradian la zona sacrolumbar y muslos, de uno a dos días antes y durante la menstruación, normalmente inhibidores de prostaglandina como los AINE.

3.    Educación sanitaria a todas las pacientes (información de medicamentos, consejos, medidas higiénicas, dietéticas y/o conductuales) destinada a que mejoren sus conocimientos sobre el ciclo menstrual, los períodos dolorosos, los fármacos habituales en su tratamiento (antidepresivos, benzodiacepinas, anticonceptivos y AINE).

4.    Seguimiento farmacoterapéutico en caso de que la paciente acepte el servicio para poder controlar su evolución, tanto si los síntomas son leves como si ha sido necesario diagnóstico médico.


Las mujeres con dismenorrea y/o síndrome premenstrual suelen automedicarse con fármacos que no necesitan receta, por lo que son pocas las que inicialmente consultan a un médico. Sólo una parte acude al facultativo cuando no ha encontrado remedio en la automedicación.

Desde la oficina de farmacia se podrán abordar los síntomas menores, utilizando las EFP disponibles en el mercado, y aconsejaremos tomar los medicamentos ante la inminente aparición de las molestias.

Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son los fármacos de elección, pues han demostrado mayor eficacia en estos procesos. Por eso recomendaremos el ibuprofeno y el naproxeno, ya que alivian el dolor articular, el dolor por las contracciones uterinas y el dolor de cabeza. Ahora bien, se deben administrar con precaución en asmáticos.

También se puede recurrir al paracetamol, combinado con otros principios activos.

En dolores intensos se utilizan otros antiinflamatorios y analgésicos más potentes, como diclofenaco y aceclofenaco y el metamizol e incluso narcóticos, como la codeína, en períodos de tiempo breves. En algunos casos se puede recurrir al tratamiento con anticonceptivos si el dolor continúa e impide desarrollar la actividad normal.

Otros fármacos empleados para combatir otros síntomas son: los antidepresivos, los antiespasmódicos que reducen las contracciones de la musculatura uterina, los diuréticos suaves para la retención de líquidos y la distensión, y las benzodiazepinas para el nerviosismo, la agitación y el insomnio.

También está la fitoterapia para tratar los trastornos menstruales:

·Frente al dolor premenstrual:


El sauzgatillo constituye un tratamiento muy válido en el síndrome leve moderado ya que, según algunos expertos, es tan eficaz como la fluoxetina y carece de efectos secundarios por lo que es bien tolerado en general. La dosis recomendada es de 4 mg de extracto seco del fruto una o dos veces al día durante por lo menos tres meses, sin inconveniente de que su administración sea indefinida. Se debe tomar todos los días del ciclo.

El aceite de onagra, como fuente de ácido gammalinolénico, presenta interés tanto preventivo como curativo para evitar la aparición de los síntomas premenstruales (irritabilidad, depresión, sensación de hinchazón, acné, senos dolorosos, jaquecas y otros).

Hypericum perforatum o hierba de San Juan: Presenta una acción reguladora a la baja sobre los receptores de serotonina, inhibiendo la recaptación de lamisma.


·Frente a la dismenorrea:


Manzanilla: Contiene mayoritariamente aceite esencial rico en sesquiterpenos cíclicos y camazuleno que actúa como antiinflamatorio calmando el dolor y la inflamación producida durante los días de la menstruación. Se puede administrar de tres a cuatro veces al día.

Valeriana: Con virtudes a nivel espasmódico y calmantes además de sedante y tónica. Por este motivo está recomendada, entre otros, para tratar el insomnio, la ansiedad, el estrés y procesos dolorosos del aparato genital femenino como la dismenorrea. No se conocen efectos tóxicos aunque se han visto algunos casos de dolores de cabeza y agitación tras el consumo de grandes cantidades del producto durante largo tiempo.

jueves, 14 de febrero de 2013

La fiebre y sus causas

Como mecanismo de defensa del organismo frente a los agentes patógenos o como síntoma evidente de la existencia de una enfermedad de fondo, la fiebre, antes de ser tratada, debe ser previamente estudiada para averiguar cuál es su etiopatogenia y acertar con la terapia.
Ello exigirá realizar una minuciosa entrevista con el paciente, con la que se podrá dilucidar cuáles son las causas desencadenantes del proceso febril. Forma de aparición, temperatura alcanzada, duración, síntomas asociados, etc. son algunas de las preguntas que el propio
farmacéutico puede formular en la oficina para actuar en consecuencia y derivar al paciente al médico si es necesario.

La fiebre se produce por la estimulación de las neuronas termosensitivas, situadas en el hipotálamo anterior, encargadas de la termorregulación del organismo. El aumento de temperatura es un proceso que inician ciertas sustancias o moléculas cuya acción favorece la síntesis local de prostaglandinas (PGE 2), que a su vez activan el metabolismo celular de las neuronas situadas en el centro termorregulador.
En líneas generales se puede afirmar que un proceso febril es un síntoma de etiología multifactorial, puesto que puede estar causado bien por las estructuras de determinados
microorganismos, como los virus, las bacterias y los hongos que actúan sobre el centro cerebral de la termorregulación, o bien puede ser una reacción del propio sistema inmunológico. No obstante, también es cierto que existen algunos cuadros febriles todavía de origen desconocido.

Lo primero que hay que saber sobre la fiebre antes de tratarla es diferenciar entre febrícula, fiebre e hipertermia.


La febrícula comprende entre los 37,4 y 38 grados; la fiebre, entre los 38 y los 40, y la hipertermia, cuando el enfermo supera los 40 grados de temperatura.
Las enfermedades asociadas a la hipertermia son aquéllas en las que el pirógeno (causante del aumento de la temperatura) pasa al torrente sanguíneo; es el caso de la meningitis o las fiebres hemorrágicas. 

La gripe, la faringoamigdalitis bacteriana y la fiebre tifoidea son las que cursan con procesos febriles entre los 38 y 40.
En cambio, la febrícula, de menor importancia, puede estar asociada a determinadas situaciones como el periodo menstrual, la práctica de ejercicio intenso, algunos estados catarrales, etc. Los expertos coinciden en que ante la febrícula, lo mejor es hacer un seguimiento y ver su evolución, puesto que en la mayoría de los casos no está motivada por una causa patológica y es autolimitada.

La fiebre tiene un tiempo de evolución:
Fiebre de corta duración: menos de dos semanas y con carácter autolimitado. La mayor parte de los casos tienen un origen infeccioso.
Intermedia: se mantiene durante dos o tres semanas.
Prolongada: cuando la fiebre es superior a los 38 grados y dura más de tres semanas. En algunas ocasiones se desconoce su origen.


Según la curva térmica se puede distinguir entre:
Remitente: la temperatura va descendiendo pero nunca llega a alcanzar valores normales. Suele tener corta duración y solución espontánea. Normalmente está asociado a un proceso benigno autolimitado, como ocurre con muchas infecciones víricas.
Intermitente o fiebre en picos: se caracteriza porque la temperatura alcanza cada día valores normales. Los periodos de apirexia pueden ser de horas o días, incluso semanas. Suele estar asociado a un foco infeccioso que libera gérmenes o toxinas de forma regular o irregular, a veces favorecida por manipulaciones externas.


Tienes que saber:

  1. En reposo, la temperatura normal está comprendida entre 36 y 37,4 grados.
  2. La temperatura corporal varía según dónde se realice la toma. Si se haceen la axila suele ser de 36,2 grados; en la boca, de 36,8 y en el recto, de 37,2.
  3. Se considera fiebre cuando se alcanzan los 37,4 grados en la axilas, los 37,8 en la boca, y 38 en el recto. Hay que tener en cuenta que la fiebre aumenta alrededor de 1,5 grados a medida que avanza el día.
  4. Después de un esfuerzo físico intenso o durante el ciclo menstrual la temperatura corporal puede variar unas décimas.
Descartados los casos de derivación y confirmada la posibilidad de que puede recomendar un tratamiento farmacológico,los medicamentos de elección para combatir los estados febriles son el paracetamol, el ácido acetilsalicílico y el ibuprofeno, también indicados para tratar los dolores asociados a la fiebre.
  • El ácido acetilsalicílico ha sido hasta hace pocos años el que más se ha empleado, aunque debido a sus efectos secundarios se está sustituyendo por el paracetamol (o el ibuprofeno). Así, algunos pacientes tratados con ácido acetilsalicílico presentan alteraciones gastrointestinales, reacciones de hipersensibilidad y alteraciones de la función plaquetaria. Además, su ingesta está relacionada con el síndrome de Reye, que suele afectar a menores de 15 años, por lo que algunos médicos no recomiendan su ingesta en este grupo de población para evitar riesgos.
  • El paracetamol es el antitérmico más empleado en España, siendo su metabolito, el acetoaminofeno, el más recomendado en Estados Unidos. Su aplicación puede ser por vía oral, rectal o parenteral, y la dosis dependerá de la edad del paciente y de la severidad del cuadro febril. En los adultos habitualmente se emplean de uno a dos gramos cada ochohoras, aunque a dosis de 500 mg. también puede conseguirse un efecto antitérmico. Tiene metabolismo hepático y propiedades analgésicas.
  • El ibuprofeno presenta un cuadro similar de reacciones adversas al del ácido acetilsalicílico, pero más leves, por lo que se usa si hay alergia al paracetamol.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Historia de la farmacia con Playmobil

Navegando por internet he encontrado unas fotos muy curiosas de una farmacia alemana de Nürnberg/Eibach cuando cumplió su 30 aniversario.
Usando los muñecos de #Playmobil representa la historia de la farmacia en Alemania, aunque puede considerarse la historia de la farmacia en Europa.

Comienza con el monasterio medieval y los monjes con sus plantas:




Los monjes, como personas influyentes en la cultura y servidores de la comunidad, crearon en la Edad Media en sus monasterios una zona de enfermería y de botica. De esta forma atendían en el monasterio a peregrinos, religiosos y a otros miembros de su comunidad.  
Fue así como se familiarizaron con la botánica y nacieron los monjes boticarios, que trabajaban en su jardín botánico o huerto boticario especializado, donde cultivaban las plantas medicinales de las cuales luego extraían los principios activos para la confección de los medicamentos. Asesoraban al médico para suministrar el medicamento más adecuado para el tratamiento del enfermo, y tenían que hacer un libro recetario donde escribían las recetas que dispensaban y los remedios que ordenaban los médicos.
También tenían un laboratorio, una biblioteca donde estudiaban todos los libros que habían salido hasta la fecha sobre esta temática, y un botamen compuesto por albarelos, orzas y cántaros.
La influencia en la salud de las órdenes religiosas que regentaban estos monasterios y conventos es incuestionable.

Pasando por la farmacia del siglo XIX:





 


En el siglo XIX comienzan los cambios en la botica, en la cual todavía los boticarios realizaban las fórmulas magistrales y los medicamentos. 
Empiezan las enseñanzas oficiales de Farmacia, los boticarios quedan como un cuerpo a extinguir, siendo en lo sucesivo los nuevos farmacéuticos los que se convertían en Licenciados y Doctores en Farmacia que se encargarán de todas las funciones que van tratar sobre la Farmacia y el medicamento.

En la botica 'comunitaria' lo habitual eran el boticario titular de la autorización y uno ó dos mancebos de botica. En todo caso, al boticario se le exige buena maña y ser un sujeto de habilidad y virtud. Estaba sujeta a unas normas de Inspección y llevada a cabo por el «visitador de botica» que exigía los títulos de propiedad y profesionalidad requeridos para el ejercicio en botica y que además controlaba que todos los medicamentos y materias primas cumplieran la normativa exigida en las normas sanitarias.


Además, en este siglo se van a dar las condiciones ideales para que se aislen los primeros principios activos, debido a los avances en la química y también al amplio conocimiento en fitoterapia gracias al enorme desarrollo de la botánica.  

Durante la segunda mitad del siglo XIX, los farmacéuticos y los químicos van a trabajar incansablemente hasta conseguir medicamentos sintéticos que se pudieran producir en grandes cantidades, a bajo costo y con mayor control de calidad.
Se inicia aquí el camino hasta alcanzar en los siglos posteriores, la síntesis química de principios activos, naciendo entonces la poderosa industria farmacéutica. Ésto va a suponer el acceso a los medicamentos para grandes masas de población.
 
Hasta llegar a nuestros días:




A principios del siglo XX, la producción de medicamentos alcanzó un gran desarrollo y se dispuso de cantidades suficientes de fármacos, sueros y vacunas con los que combatir muchos problemas médicos. Fue una gran revolución farmacéutica.

Se obtienen principios activos de origen vegetal (estricnina, quinina, atropina, estrofantina...) y también de origen mineral (bicarbonato sódico, yodo, bromuros, preparados arsenicales, sales de bismuto y preparados mercuriales usados contra la sífilis).
Se consiguen principios activos de origen sintético: antitérmicos y antirreumáticos (acido salicilico, y acido acetil salicílico), barbitúricos (veronal, luminal), anestésicos (óxido nitroso y cloroformo).
Se descubre la propiedad de la cocaína como anestésico local, y, a partir de ella, se sintetizó la novocaína.
En el año 1928 Alexander Fleming obtuvo la penicilina a partir del moho Penicillium notatum que invadía los cultivos en los laboratorios de la época. Aunque van a ser el médico australiano Howard Walter Florey y el bioquímico alemán Ernst Boris Chain, quienes iniciaron una investigación detallada y sistemática del descubrimiento de Fleming. Son los que consiguen aislar y posteriormente fabricar entre 1940 y 1943 la penicilina, la cual fue de vital importancia en la cura de numerosos soldados en la Segunda Guerra Mundial.
Todo ésto, unido a la mejora de la Medicina preventiva va a incrementar la expectativa de vida de la población.
En este tiempo la entidad del farmacéutico en la sociedad disminuye, ya que hay una menor intervención en la preparación de los productos.


En la actualidad se vuelve a producir un aumento en la profesionalización, la misión del farmacéutico comunitario va a consistir en:

+ Garantizar a la población al acceso de los medicamentos y productos sanitarios con la colaboración de las instituciones sanitarias.

+Atender las necesidades de los pacientes en relación a los medicamentos que utilizan y ayudar a los pacientes para que este proceso sea de uso seguro y eficiente, intentando evaluar el estado de salud y necesidades de los pacientes, y haciendo un seguimiento del tratamiento farmacológico de los mismos.



Hoy en día también hay nuevos aspectos comerciales debido a la sociedad de consumo donde estamos. Se ofrecen más productos y servicios a los clientes, para que sean ellos los que decidan ir a una u otra farmacia.


Los almacenes mayoristas (foto de arriba) son los encargados de la distribución de los medicamentos autorizados a las oficinas de farmacia, su función prioritaria es el abastecimiento de estas y a los servicios de farmacia.

El abastecimiento se hace diariamente durante varias veces, los productos que se distribuyen son los que previamente ha solicitado la oficina de farmacia vía telemática.

(FOTOS: Daniela Schabenstiel)

viernes, 1 de febrero de 2013

Administración de medicamentos en niños

Desde una perspectiva psicológica, médica o farmacológica el niño no puede considerarse un adulto pequeño. Las características morfológicas son distintas en cada edad. Esta fase del desarrollo presenta aspectos farmacocinéticos y farmacodinámicos rápidamente cambiantes que requieren pautas terapéuticas especiales. Ésto puede considerarse hasta que el niño tiene 14 años.

La administración de fármacos en niños se basa en estudios realizados en adultos que son extrapolados y adaptados al menor peso del niño. Cada día son más numerosos los ensayos clínicos en niños, de hecho en el año 2007 entró en vigor el Reglamento europeo de Medicamentos Pediátricos, que va a obligar a hacer estudios en niños cuando se vaya a desarrollar un nuevo medicamento con uso potencial en niños y se crea un comité pediátrico en la Agencia europea de Medicamentos (EMA).


Las formas farmacéuticas de presentación pediátricas tienen características propias. Conocerlas es imprescindible para poder resolver las dudas y facilitar la comprensión de los padres o cuidadores. 

Está demostrado que reforzar la información proporcionada por el pediatra a través de otras vías, permite afianzar y mejorar el cumplimiento farmacológico y reducir los errores de medicación. De ahí la importancia de la colaboración conjunta entre pediatra-farmacéutico y otros profesionales de la salud.

 

¿Por qué la mayoría de los medicamentos en la edad infantil son de administración oral?

La vía oral es la preferible en pediatría, limitada sólo en neonatos por las dificultades en su administración y en su absorción, por la inmadurez del sistema digestivo. El aparato digestivo se empieza a asemejar al del adulto entre los 6 meses y 3 años por lo que a partir de ese momento no hay diferencias significativas en la absorción oral.

La mayoría de los medicamentos administrados a lactantes y niños menores de 4-5 años son formas farmacéuticas líquidas (jarabes, soluciones orales, gotas, polvos para suspensión extemporánea, y viales bebibles).

-Ventajas: los lactantes y niños menores de esa edad no son capaces de tragar o deglutir comprimidos, tabletas, grageas o cápsulas; son más fáciles de dosificar, sobre todo, en aquellos casos en los que el niño esté bajo un tratamiento médico susceptible de modificación; la absorción de medicamentos es más rápida, lo que evita repetir dosis, dudar si el medicamento se ha absorbido o no en caso de vómitos, más seguras y cómodas.


-Inconvenientes: algunas preparaciones líquidas pueden contener excipientes como sacarosa (riesgo de caries), lactosa (riesgo de intolerancia), aspartamo (no permitido en niños con fenilcetonuria), benzoato de sodio y tartracina (riesgo de hipersensiblidad) o ser soluciones hidroalcohólicas (contraindicadas en niños con enfermedad hepática, epilepsia, daños o lesiones cerebrales o polimedicados). 

En los polvos para suspensión (formulación extemporánea) deben seguirse estrictamente las instrucciones del prospecto para evitar errores de dosificación. Los polvos para solución oral, polvos efervescentes y granulados contienen bastante excipiente, por lo que se necesitan grandes volúmenes de disolución que el niño puede rechazar.
Una incorrecta manipulación de las formas líquidas puede dar lugar a la contaminación por microorganismos, sobre todo en las formas extemporáneas, con riesgo para el niño.

Recomendaciones:


Las presentaciones líquidas no necesitan refrigeración excepto si se especifica en el prospecto.
Guardar siempre en un lugar fresco, seco, ausente de humedad (evita crecimiento de microorganismos).
Siempre se usará la jeringa, cuentagotas, cuchara o vaso dosificador que acompaña a cada presentación. Cuando en la boca del envase, una vez abierto, aparece una especie de cristalización del jarabe, es debido a la presencia de sacarosa en su formulación (limpiar después de cada toma). No se debe forzar al niño que se resiste activamente por riesgo de aspiración o ahogo. Posponer durante 20-30 minutos y ofrecer de nuevo la medicación. Pueden utilizarse chupetes dispensadores de medicamentos.
Las cápsulas, comprimidos y grageas son las formas farmacéuticas indicadas para niños mayores de 5 años y adolescentes sin problemas de deglución.