jueves, 24 de enero de 2019

Pequeños apuntes sobre la botica del Monasterio de Oia

Durante los últimos 4 meses, he tenido el privilegio de trabajar en el entorno de Santa María de Oia, un lugar conocido por su costa y desconocido por su historia.
Para mi, fue un regalo encontrarme con el Monasterio de Oia (fundado en el S.XII) singular en cuanto a su enclave, siendo el único monasterio cisterciense cerca del mar.
La sorpresa, además de la belleza de este monasterio, fue comprobar el grado de deterioro y abandono por parte de la entidad privada que lo mantiene desde el 2004 hasta nuestros días y aunque hay algún proyecto, éste no se acaba de materializar.
En las siguientes fotos podéis apreciar la belleza de la zona y aunque no se aprecia bien, el estado de deterioro en el que se encuentra. Desde hace unos años está cerrado a las visitas por riesgos de desprendimientos, aun siendo un Bien de Interés Cultural (BIC).







Los primeros indicios de la botica en el Monasterio de Oia datan del año 1622, ya que aparecen partidas de gastos de medicinas suministradas por la botica para los monjes y criados del monasterio, y partidas para pagos al cirujano y al médico en el 'Libro de Cuentas del Monasterio de Nuestra Señora de Oya de la Orden del Cister'.
También de este año, es un contrato hallado, y que realiza el Abad P. Cristóbal López y los monjes del Monasterio de Oia, con el sacerdote don Juan Ozores González, boticario y vecino de La Guardia. Por medio de este contrato, los monjes daban comida y vivienda en el propio monasterio al boticario, además de un mancebo que le ayudara a hacer los medicamentos (que era uno de los monjes), y a atender el despacho de la botica.



En 1759, murió el monje FR. Manuel de Aravaca que nos dejó un libro con un inventario de las hierbas y plantas medicinales que usaba para elaborar los medicamentos que luego suministraba a los enfermos. Otra prueba de la existencia de una botica en el monasterio.

Una visita en el año 1773 del P. General Fr. Ambrosio Alonso González ordena que los monjes anoten en un libro los gastos y recibos de la botica, apuntando los maravedís gastados y recibidos. Esta es la prueba de que los monjes tenían una botica y suministraban las medicinas a los vecinos. 
Si hoy en día existiese ese Libro de Botica al igual que se conocen los de otras boticas conventuales, podríamos saber los nombres de los boticarios y el uso que se hizo de la botica. 

La botica, según un inventario hecho en 1820, está situada en los bajos de la fachada principal del monasterio, se comunica con el claustro y el patio de armas que está en el exterior del monasterio. Podemos observar dónde se encuentra el jardín botánico (cerca del muro que da al mar) y la huerta (justo detrás del monasterio) en el siguiente plano del monasterio.


(Plano de reformas del Monasterio de Oia entre el S.XVI y S.XVIII extraído del Boletín do Instituto de Estudios Vigueses - Número 15 - 2010)

Los pocos documentos que se han salvado de este monasterio están en el Archivo del Monasterio de Oseira en Orense, el cual cuenta con una notable biblioteca y con mucha documentación histórica sobre todos los monasterios cistercienses de Galicia.

Podéis ver más sobre las boticas monacales de Galicia en estos enlaces del blog del farmacéutico comunitario y Doctor en Historia de la Ciencia Miguel Álvarez Soaje:





(FUENTES: 'Boticas monacales y medicina naturista en Galicia', Hipólito de Sa Bravo)

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