jueves, 28 de febrero de 2019

Farmacia A. Vázquez de principios del S.XX en A Guarda (Pontevedra)

En A Guarda, un pueblo marinero del Baixo Miño en la provincia de Pontevedra, existe una farmacia de principios del S.XX con una gran fachada de azulejos (fabricados en Alicante en los años cuarenta) en la que todavía hoy podemos leer perfectamente Farmacia de A. Vázquez, nombre del segundo boticario que regentó dicha botica.

En total, esta botica ha tenido cinco dueños hasta el día de hoy. Primero fue de Benito Vázquez Vázquez, que empezó siendo mancebo en otra farmacia, posteriormente obtuvo el título de veterinario y finalmente continuó sus estudios por libre hasta acabar siendo licenciado en Farmacia:  "Que el Licenciado en Farmacia don Benito Vázquez y Vázquez, ejerce la profesión en esta Villa con Botica abierta, desde Marzo de 1896, en la casa nº 3 de la c/ Colón, primero, y luego en c/ Joaquín Alonso nº 17, prestando desde aquella fecha con su reconocida competencia, exquisito celo y general satisfacción los servicios de la Beneficencia Municipal, en la forma que preceptúa el párrafo 2º del artº 6º del Reglamento de 14 de junio de 1891, por consecuencia de la distribución de suministros de medicamentos, hecha por el Ayuntamiento, desempeñando además el cargo de Ynspector de Géneros Medicinales de la Aduana de Camposancos de este distrito, para él cual cargo fue nombrado por RO de 14 de enero de 1901. Fdo. 1º Tte. Alcalde y Secretario".

Cuando terminó los estudios no tenía dinero para poder montar una botica, fue entonces cuando los hermanos Palacios le presentaron a su hermana, Amelia que quedara viuda muy joven, se enamoraron y con la dote de doña Amelia montó la botica en la calle Colón (antes calle del Medio). Amelia Palacios era hermana del famoso arquitecto Antonio Palacios.

En 1896 la botica, como ya dije, se encontraba en calle Colón nº 3, trasladándose más tarde a la calle Joaquín Alonso o Plaza Nueva nº 17, que era la calle más comercial de la Villa. Es en esta última calle donde todavía se encuentra aún la farmacia.

(Foto cedida por José A. Uris Guisantes)

Benito Vázquez fallece en 1943, así que su hijo Antonio Vázquez Palacios, uno de los grandes boticarios gallegos, continúa al frente de la botica de su padre renunciando al puesto de Farmacéutico municipal y a la botica abierta que tenía desde 1934 en el Ayuntamiento de Oia.
Antonio Vázquez Palacios también fue Inspector Farmacéutico de A Guarda.

El tercer farmacéutico, José Luis Simón García, compra la botica en el año 1982. Podemos ver en la foto de abajo, el antiguo mostrador con estanterías retirados por este farmaceútico en 1990.


(Foto cedida por José A. Uris Guisantes)

Después llegó D. José Freire, que vendió la farmacia en el año 2009 a la dueña actual, la farmacéutica Eva Mª Soto Mantiñán.




Después de mirar detenidamente los azulejos de la fachada, no me resisto a quedarme en la puerta simplemente (bueno, más que nada porque he quedado con la Titular y me parece feo no aparecer). Atravieso la puerta de madera (en el suelo de mármol de la misma nos encontramos un nombre casi borrado por completo, el nombre de Farmacia Vázquez ) que da entrada a un espacio no muy grande, con dos mostradores  rodeados de una gran estantería todo ello de madera, en cuya parte más alta se puede observar una colección de albarelos.
Al entrar también observo un banco grande tallado  que utilizan los clientes para sentarse y esperar su turno. Eva Soto Mantiñán, la actual propietaria, me dice que el banco es todo un descubrimiento para la gente.










José Antonio Uris Guisantes, auxiliar de farmacia aquí durante 50 años (se jubiló en el año 2006), me comenta que en los años 60 y 70 preparaban fórmulas magistrales incluso para uso veterinario, debido a que había mucha tuberculosis en el ganado. Dicha fórmula magistral se hacía en un mortero de hierro fundido, en el cual echaban Cuasia amarga, raíz de Genciana y azufre, machacaban todo con una mano también de hierro que pesaba 10 kg, lo mezclaban bien, y al final hacían papeles de 100 gr para darle junto con la harina a los animales.
En la farmacia hasta la entrada en la Unión Europea, también vendían sacos de Bórax y ácido bórico a los barcos que pescaban merluza para su conservación.

En la siguiente foto podemos ver una relación de productos que preparaba el farmacéutico Benito Vázquez Vázquez:


(Foto cedida por el farmacéutico Miguel Álvarez Soaje)


La revista Vida Gallega  se hizo eco en febrero de 1909 de esta labor mencionada con la publicación de un reportaje sobre la 'Exposición Regional Gallega' de Santiago de Compostela, en la que Benito Vázquez ganó un premio por su Tónico Tridigestivo Vázquez:

(Foto cedida por José A. Uris Guisantes)


Me cuenta también José Antonio Uris, que en 1901 Benito Vázquez Vázquez fue nombrado 'Ynspector de Géneros Medicinales de la Aduana de Camposancos' en el embarcadero de A Pasaxe en A Guarda: "Certifico: Que don Benito Vázquez y Vázquez, Licenciado en Farmacia con residencia y Oficina Abierta en esta Villa, ha tomado hoy posesión del Cargo de Ynspector de Géneros Medicinales de la Aduana de Camposancos en este término con las formalidades prevenidas en el RD é Ynstrucción de 28/11/1891, en visto de la presente Prevención, y para que Conste expido la presente en La Guardia, 20 de enero de 1901. El Alcalde: Francisco Español Sobrino."

En este embarcadero de A Paxase, uno de los más importantes de Galicia en esta época, había almacenes de madera, de cal viva (la piedra venía de Cantabria), trasiego de ganado y hasta un astillero. También era donde estaba instalada desde el siglo XIX una estufa de desinfección por donde pasaban las ropas de las tripulaciones llegadas en los barcos mercantes que fondeaban en el río. 
Se pretendía evitar el contagio de enfermedades como el cólera, la peste bubónica (Peste Negra) y la gripe que causaban a principios del siglo XX estragos entre la población y todo esto lo compaginaba con la titularidad de la botica.



(FUENTES: José Antonio Uris Guisantes, Eva Soto Mantiñán)


2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante. Un reflejo de la evolución de las farmacias en el siglo XX.

Xosé Mª Torres dijo...

Interesante reseña. Por mi parte señalar que no veo albarelos en los armarios de la farmacia. Lo que veo son tarros o botes con tapa, de estilo francés.
Los albarelos no tienen tapa, son mas altos y de menor diámetro, y tienen una curvatura cóncava característica a media altura.

Los albarelos