En la Farmacia Couceiro no hay expositores, mantiene la decoración tradicional de finales de 1800. La parte de delante es de cerezo, la de atrás es de castaño de corte neoclásico, con los capiteles de la época de cerezo con oro de ley y una ornamentación a base de maderas nobles, destacando sobre todo el numeroso "Botamen" que fue empleado en la farmacia. La antigüedad de los utensilios hace de esta farmacia un auténtico museo.
(María Sánchez Martínez, titular de la Farmacia)
La farmacia durante estos tres siglos siempre estuvo ubicada en el mismo lugar, en el número 8 de la calle Plateros, y por sus mostradores empezando por Alonso Bermúdez de Castro, han desfilado ya nueve generaciones de la misma familia.
El primer documento que hace referencia a la Farmacia Couceiro de Betanzos data de 1719, dicho documento trata de un pleito entre dos farmacéuticos de la época, en donde se habla de la existencia de una “oficina de boticario”. Aunque entre los recibos que existen de ese pleito, hay dos que hacen pensar que la botica funcionaba antes de 1719.
Dr. Fermín Couceiro Serrano crea un laboratorio anejo destinado a la elaboración y venta de específicos medicinales en 1907. Inventó la Pomada de fuego de uso exclusivo en el campo veterinario, ya que se utilizaba en caballos y en ganado vacuno para ciertas enfermedades propias de la raza.
Luego en 1924 su hijo Dr. Jesús Couceiro Núñez registra dicho laboratorio como Laboratorios HUEL. Estas sustancias, de libre dispensación, estaban destinadas a calmar síntomas generales como fiebre, reumatismo, desarreglos de la mujer, sin tener que ir al médico. En los Laboratorios HUEL se producían vinos, jarabes, linimentos, aceite de hígado de bacalao,…
Los vinos según la Farmacopea Española de la época es “un líquido complejo, resultado de la fermentación alcohólica del zumo o mosto de uvas frescas, maduras, bien conservadas y sin adición de materias extrañas”:
-Vino de quina ferruginoso: según la Farmacopea Española indicada en el “empobrecimiento de la sangre y enfermedades de la mujer”.
-Vino de peptona dosificado: en donde la peptona se obtenía de la carne de vaca. La Farmacopea Española recomendaba hacerlo con vino de Málaga. Se usaba para dispepsias y favorecer la digestión.
-Vino iodo-tánico: su posología era una copita antes de las comidas.
-Jarabe de rábano yodado: se usaba como tónico reconstituyente.
-Jarabe de lactato fosfato de cal: compuesto por una solución de bifosfato de cal, azúcar y agua. Se recomendaba como tónico para enfermedades óseas.
-Jarabe iodo-tánico fosfatado: indicado para raquitismo, anemia y enfermedades de la piel.
Otros remedios:
-Pectoralina: su base era el jarabe fosfato de cal (considerado reconstituyente), thiocol (modifica la expectoración y mejora la tos), benzoato de sosa (que fluidifica las secreciones), dionina (calmante de la tos) y acónito (agente vasoconstrictor en congestiones pulmonares).
-Emulsión de Huel: de aceite de hígado de bacalao con hipofosfitos: servía para aumentar el apetito.
-Linimento Huel: era cloroformo y tintura de eucalipto disueltos en alcohol. Para neuralgias, gota y calambres.
-Derma Huel: jabón con azufre para la curación de la sarna.
La farmacia hoy en día, está regentada por María Sánchez Martínez que hereda la farmacia de su tía Dr. María Luisa Couceiro Seoane que no tiene hijos. María Sánchez entonces, al ser la mayor de sus hermanos estudia la carrera, y aunque al principio no le convencía mucho, con el paso de los años empezó a disfrutar de la profesión y reconoce que ahora es su auténtica pasión.
En la actualidad siguen elaborando fórmulas magistrales, cremas y pomadas para tratamientos dermatológicos, y también cápsulas, soluciones y jarabes.
(FUENTE: Anuario Brigantino, ‘Aproximación a la historia de la Farmacia Couceiro Serrano) (FOTOS cedidas por María Sánchez, titular de la Farmacia Dr. Couceiro y por el médico Carlos M. Fdez)