En esta ocasión he decidido continuar con el tema de efectos del consumo de tabaco en ciertas patologías respiratorias dado que este consumo es el factor de riesgo más importante de la EPOC (enfermedad que se caracteriza por una limitación persistente al flujo aéreo, que normalmente es progresiva y se asocia a una respuesta inflamatoria acentuada y crónica de las vías respiratorias y los pulmones ante la exposición a partículas o gases nocivos). La supresión
del hábito tabáquico es la principal medida para evitar el desarrollo y progresión de esta
enfermedad.
Os hablo a continuación, de una técnica para la valoración y seguimiento de la función pulmonar de estos pacientes con EPOC que están expuestos al humo del tabaco: la espirometría. Es una prueba que estudia el funcionamiento pulmonar analizando, en circunstancias controladas, la magnitud absoluta de los volúmenes pulmonares y la rapidez con que el paciente es capaz de movilizarlos. La espirometría es una técnica aparentemente sencilla, pero de ejecución compleja, por lo que requiere personal experto.
También es necesario que la persona que vaya a someterse a la prueba entienda bien las maniobras que tiene que realizar antes de empezar y con la habilidad suficiente para que estas maniobras sean suficientemente fiables para que después se puedan interpretar correctamente.
La espirometría se dividen en: absolutas (no se aconseja la prueba) o relativas (es necesario realizar una valoración individualizada
de la relación beneficio/riesgo).
El día en que se programa la espirometría hay que entregar al paciente las instrucciones por escrito importantes para realizar la prueba:
-No fumar en las horas previas.
-Evitar comida copiosa previa y alcohol.
-Evitar estimulantes previos como café o té.
-No hacer ejercicio físico antes de la prueba.
-No haber tomado la medicación broncodilatadora inhalada entre 6 y 24 horas antes de la prueba (dependiendo de qué tipo de medicación se esté tomando).
Como la prueba pone en relación los datos obtenidos con otros de referencia de una población sana con características similares al examinado, hay que introducir en el equipo, el sexo, edad, peso y talla del paciente para establecer la comparación. La duración de esta prueba varía en función de la habilidad del paciente, pero aproximadamente es de 20 segundos.
¿Y cómo se lleva a cabo? Es sencillo, el paciente se sienta erguido en una silla sin cruzar las piernas y sin ropa ajustada, con la espalda apoyada en el respaldo. Para la realización de la prueba se coloca al paciente una pinza nasal. Hay que intentar dar instrucciones claras y precisas.
La prueba consiste en respirar primero lentamente con normalidad y luego tras expulsar de manera natural y completa el aire que tenga en sus pulmones, se coloque la boquilla frunciendo los labios a su alrededor, sin morderla, y a continuación efectúe una espiración lo más rápida y fuerte que pueda, manteniendo la espiración hasta que no pueda expulsar más aire.
Se aconseja realizar un mínimo de 3 intentos y un máximo de 8, con pausas de recuperación intermedias.
Podéis ver cómo se hace una espirometría en este vídeo de la SEPAR RESPIRA:
El resultado de esta prueba dará muchos valores de la función pulmonar, entre ellos, los más importantes serán la capacidad pulmonar y el grado de obstrucción de los bronquios.
(BOQUILLAS DESECHABLES DEL ESPIRÓMETRO)
Más sobre la Cesación tabáquica:
https://www.youtube.com/watch?v=CGqgk0VnvEE
(FUENTES: 'Convivir con la EPOC', SEPAR; Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC); Abordaje del tabaquismo en farmacia comunitaria.)