La EPOC es una enfermedad bastante frecuente, prevenible y tratable. Se caracteriza por una limitación persistente al flujo aéreo, que normalmente es progresiva y se asocia a una respuesta inflamatoria acentuada y crónica de las vías respiratorias y los pulmones ante la exposición a partículas o gases nocivos. Las exacerbaciones y comorbilidades contribuyen a la gravedad general en cada paciente en lo individual.
Es una enfermedad eminentemente crónica y progresiva, que presenta continuas exacerbaciones (sobreinfecciones bacterianas o víricas), que cursa en sus estadios más avanzados con afectación extrapulmonar o sistémica, y caracterizada por la limitación al flujo aéreo poco reversible.
Los síntomas más destacados son disnea (dificultad para respirar), tos crónica y expectoración crónica.
Los factores relacionados con el desarrollo de la EPOC son:
-Contaminación ambiental: los factores genéticos aumentan en mayor o menor medida la susceptibilidad individual ante la exposición de estos factores ambientales.
-Contaminación en ambientes cerrados.
-Factores ocupacionales, relacionados con determinados puestos de trabajo en ambientes con elevados niveles de partículas o gases nocivos.
-Pero, el factor de riesgo más relacionado con la EPOC es el tabaquismo (75-80% de los casos), por lo que la cesación tabáquica es la principal medida para evitar el desarrollo y progresión de la enfermedad.
Los fumadores de cigarrillos son los que más riesgos tienen de desarrollar la enfermedad, influyendo tanto el tiempo como el número de cigarrillos/día, seguidos de los fumadores de pipa y cigarros.
El consumo prolongado de tabaco produce cambios sobre la vía aérea mediante un mecanismo inflamatorio que afecta a vías aéreas principales y de pequeño calibre, septos alveolares y arterias musculares. Las paredes de los alveolos que son finas, se van a destruir, produciendo un engrosamiento e inflamación de los bronquios.
Además, produce hipertrofia e hiperplasia de las glándulas mucosecretoras y una alteración de la movilidad ciliar, aumentando la secreción mucosa y dificultando su eliminación, obstruyéndose esta vías.
El consumo de tabaco también está relacionado con una disminución en la respuesta inmune frente a virus, favoreciendo una mayor frecuencia de infecciones virales en personas fumadoras. Las infecciones bronquiales recurrentes y la colonización por gérmenes es otro de los factores implicados en una mayor susceptibilidad para desarrollar la enfermedad.
La EPOC es una enfermedad de mayor prevalencia en los hombres, debido al mayor índice de tabaquismo en los hombres durante toda la historia. Pero, el patrón está cambiando al aumentar el número de mujeres fumadoras (sobre todo mujeres jóvenes), ya que lo hacen con más fuerza y les cuesta más dejarlo, con lo cual la industria del tabaco las usa para su promoción.
Cada vez más, desde todo el ámbito sanitario se realizan programas de cesación tabáquica, una forma importante de intervención tanto en pacientes que ya presenten la enfermedad, como en los que todavía no. Estas intervenciones tanto de forma individual como grupal son efectivas para dejar de fumar.
Pero aun así, estamos lejos de proporcionar toda la ayuda suficiente para estos programas de cesación, ya que los sistemas sanitarios deberían facilitar asesoramiento sobre el abandono del tabaco en el marco de la atención primaria de salud y apoyar el establecimiento de líneas telefónicas de ayuda al abandono del tabaco, además de otras iniciativas comunitarias, junto con el tratamiento farmacológico de fácil acceso y bajo costo, cuando sea conveniente.
Por esto, el farmacéutico comunitario debería desempeñar un papel muy importante en esta lucha contra el tabaquismo, ya que es el profesional sanitario más accesible y próximo tanto para los enfermos como para los fumadores que aún gozan de buena salud.
Hay que tomar conciencia de la necesidad de realizar Atención Farmacéutica en tabaquismo.
Las intervenciones breves (de aproximadamente 3 minutos) para aconsejar al paciente que deje de fumar pueden ser eficaces, con una tasa de cesación del 5 al 19%. En esta intervenciones, ayudamos a que nuestros pacientes comprendan el riesgo que supone el tabaco para su salud, y también, que se planteen la necesidad de abandonarlo. Se considera una intervención coste eficaz y tiene un impacto determinante en la reducción de la mortalidad.
+¿A quién?:
A TODO EL MUNDO!!!. Principalmente fumadores y exfumadores recientes. Pero, hay que realizarlas a todas las personas que pasen por la farmacia.
+¿Cómo deben ser?:
•Breve.
•Veraz y actualizada.
•Comprensible y sencilla.
•Motivadora, no culpabilizadora pero firme.
•Clarificadora. Beneficio/riesgo.
•Empática, respetuosa, en positivo.
•Oportunista (motivo consulta).
•Entregando material de información, y ofreciendo nuestra ayuda.
+Ventajas:
•Muy coste/efectiva.
•Llega a una elevada cantidad de población.
•10% fumadores dejan de fumar.
•Desencadena intentos cesación.
•Adecuada para entornos sanitarios con tiempo de atención muy limitado.
+¿A quién?:
A TODO EL MUNDO!!!. Principalmente fumadores y exfumadores recientes. Pero, hay que realizarlas a todas las personas que pasen por la farmacia.
+¿Cómo deben ser?:
•Breve.
•Veraz y actualizada.
•Comprensible y sencilla.
•Motivadora, no culpabilizadora pero firme.
•Clarificadora. Beneficio/riesgo.
•Empática, respetuosa, en positivo.
•Oportunista (motivo consulta).
•Entregando material de información, y ofreciendo nuestra ayuda.
+Ventajas:
•Muy coste/efectiva.
•Llega a una elevada cantidad de población.
•10% fumadores dejan de fumar.
•Desencadena intentos cesación.
•Adecuada para entornos sanitarios con tiempo de atención muy limitado.
En otras intervenciones intentamos aumentar la motivación del paciente, estudiar las recaídas si ha tenido, estímulos asociados a su consumo, sustitución de la conducta de fumar, y usar estrategias con o sin fármacos que nos ayuden a esta cesación.
En la dependencia de la nicotina, al igual que en otras dependencias a sustancias psicoactivas, la alteración de la conducta se presenta como una pérdida o déficit de control sobre el consumo de la nicotina. El tratamiento más efectivo del tabaquismo requiere también el uso de intervenciones psicológicas conductuales.
Con el tratamiento farmacológico, además, se puede conseguir que hasta un 15-30% de los pacientes se mantengan abstinentes al cabo de un año, triplicando las posibilidades de éxito frente al abandono espontáneo.
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