jueves, 5 de diciembre de 2013

El Ojo Seco: alivio sintomático

El Ojo Seco es un término usado para describir una falta de humedad del ojo que puede estar producida por diferentes factores:
  1. Envejecimiento.
  2. Cambios hormonales.
  3. Diabetes, artritis reumatoide o problemas tiroideos.
  4. Medicamentos como antihistamínicos, descongestionantes y antidepresivos.
  5. Cirugías oculares como la de cataratas.
  6. Condiciones ambientales como viento o climas secos y también una exposición excesiva al humo. 
  7. Síndrome de Sjögren.
Cuando hay ojo seco,  o no se produce suficiente lágrima para humedecer el ojo, o la calidad de la lágrima es deficiente.
La lágrima es fundamental para mantener la salud y protección de la superficie ocular y para conseguir una visión clara.
Sus síntomas típicos son:
  • Sequedad.
  • Escozor.
  • Picor.
  • Irritación.
  • Ojos cansados.
  • Sensación de arenilla.
  • Visión borrosa.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Lagrimeo excesivo.
Aunque pueda resultar contradictorio, el lagrimeo excesivo se debe a una inadecuada e insuficiente lubricación ocular. Nuestro organismo se protege “inundando” la superficie del ojo con lágrimas de baja calidad que no aportan los nutrientes y protectores necesarios.
Además el Ojo Seco hace más difícil llevar a cabo diversas actividades cotidianas como leer durante períodos largos de tiempo, reduce la tolerancia en ambientes secos (lugares con aire acondicionado, oficinas, ...), estar delante de un ordenador.

Hoy en día el ojo seco se clasifica en dos grandes grupos:

1)Síndrome de ojo seco por deficiencia en la producción acuosa:
— Síndrome de Sjögren tanto primario como secundario.
— Sin enfermedad autoinmune asociada.
2)Síndrome de ojo seco debido a pérdidas por evaporación (ojo tantálico), las causas más frecuentes son:
— Enfermedad de las glándulas de Meibomio: alteración en la capa lipídica de la lágrima.
— Alteraciones en el parpadeo—exposición (parálisis de VII par, proptosis por enfermedad de Graves— Basedov).
— Uso de lentillas.

 















Todavía no hay un tratamiento curativo, así que con las recomendaciones del oftalmólogo y nuestras recomendaciones desde la oficina de farmacia, ofrecemos prevención y protección para el alivio sintomático del paciente:


-Gotas oftálmicas lubricantes:  las cuales vienen con conservantes y sin conservantes. Las lágrimas con conservantes son más adecuadas en botella, pero algunas personas son sensibles a los conservantes.
 
-Gel oftálmico lubricante.

-También es muy útil el uso de pomadas oftálmicas: vaselina o lanolina que sobre todo usadas por la noche mantienen una adecuada humedad.

-El uso de toallitas para la limpieza e higiene diaria de los párpados.


Con estos consejos en la mayoría de los casos la mejoría es grande, aunque tengamos que advertir al paciente que si bien no es un problema grave, que apenas tendrá repercusión en cuanto a su agudeza visual, si es molesto y tendrá que hacer uso de las lágrimas artificiales lo que le quede de vida.

(FUENTES  www.msssi.gob.es/biblioPublic/publicaciones, ALCON)

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